INTEGRANDO IDEAS

Este blog ha sido elaborado por un grupo de estudiantes 8vo semestre de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela. La iniciativa surgió como parte de la evaluación de la materia comunicación corporativa aunque para nosotros paso a ser mas que eso. Por este medio recopilaremos comentarios, opiniones, informaciones, críticas, entre otros textos que nos permitirán hacer de este espacio participativo una vía idónea para liberar nuestras ideas. Estos temas giraran entorno a areas relacionadas con formas de comunicación, tradicionales o no, dentro de las organizaciones, pretendiendo asi fusionar los conocimientos teoricos con ejemplos de la realidad. Finalmente, pretendemos crear un espacio interactivo donde la innvovación y la originalidad sean el estandarte de esta realidad de la que no podemos escapar y que activa ese motor de vida que es la comunicación

Comunicación Corporativa

Caracas, Distrito Capital, Venezuela

jueves, 21 de junio de 2007

Humano: Idioma oficial del mercadeo


Porque no es tanto la misión, visión, valores que como fórmula no es un desperdicio del todo, si se utiliza correctamente. El problema ocurre cuando la fórmula termina en formulario, con unos datos que solo sirven para ocupar el espacio en blanco diseñado para ello, pero no trasciende el papel.

Existe en la red una página web que atrae más por su contenido que por su diseño sencillo. Este espacio contiene 91 tesis al mejor estilo luteriano que rompen los paradigmas y protocolos del mercadeo y sincera en cierta medida la práctica, o al menos lo intenta. Se trata del sitio del Manifiesto del tren de las Claves, mejor conocido como www.cluetrain.com.


El numeral 10 de estas tesis confirma mi pequeña reflexión inicial al referirse a la transformación drástica que han sufrido los mercados. Y dice: “Cómo resultado los mercados se vuelven más inteligentes, más informados, más organizados. La participación en un mercado interconectado hace que las personas cambien de manera fundamental”.

Y fue entonces cuando me detuve y pensé ¿Quién se detiene en la red a leer Somos-una-empresa-cuyo-objetivo-es-venderte-villas-y-castillas-y-engañarte-como-un-tonto o al menos es lo que se asoma entre las líneas de esos mensajes acartonados cuando se les mira con rayos x.

Todos somos un poquito más sabios desde que conocimos la red. Y que lo digamos nosotros los estudiantes de Comunicación Social que hurgamos la red en busca de orientación a nuestras investigaciones (hagamos una encuesta y constatemos la escasa concurrencia del estudiantado a las bibliotecas).

La red nos ha hecho más hipersensibles a los impulsos de forma y fondo que pululan frente a nuestros ojos: muy linda página pero sin nada adentro… muy linda página pero con errores ortográficos. Muy fea página, muy feo contenido, muy fea ortografía, muy lindo mensaje pero más sospechoso que Herbalife.

En ese sentido escuchar a una empresa que me dice que a) nuna deberé trabajar pues me haré una fortuna sentada en la poltrona de mi casa; b) que tendré una figura despampanante mientras reposo en la misma poltrona del postulado a); c) que todos mis amigos se harán ricos si al igual que yo venden herbalife; finalmente todo esto, (hilando con el inicio de la frase abandonada hace mil mentiras atrás) nos remite al número 14 de las claves del tren “las corporaciones no hablan la misma voz que estas conversaciones interconectadas. Para su ‘audiencia objetivo’ las compañías suenan huecas, opacas, opacas, literalmente inhumanas. Bien,, ale menos Herbalife quiere rebajarme y hacerme rica. Pero qué pasa cuando la visión de algunas corporaciones suena así “Ofrecer valores de utilidad al cliente, de productos o servicios para que vea multiplicada su reputación y sus resultados”… (zzzz)

Otra valiosa clave es la número 50. En ella se expresa la interdependencia, dejando atrás el esquema jerárquico. De allí que no sólo los mercados sean importantes, sino todas las personas que componen el constructo empresarial en tanto que su aporte es parte de un engranaje que sin una pieza (por más pequeña que ésta sea) seguramente no funcionaría. Sin duda esto deja atrás a todas las corporaciones con mentalidad ministerial, repletas de reyezuelos buscando más espacios de poder que espacios de éxito real y colectivo.

Concluyendo, me parece vital entender que, en principio, los mercados están conectados a la información y ya no es tan fácil de engañar como creían los alemanes de Fankfurt. Segundo, los mensajes en consecuencia deben cargarse de contenido y sustancia, como todas las buenas conversaciones, relaciones y experiencias de la vida real. Y por último, es preciso entender que todos somos necesarios a la hora de construir organizaciones eficientes y eficaces, pues de qué sirve saber mucho de matemática si el jefe sigue empeñado en que dos más dos es cinco porque él es el jefe y da la orden.

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